domingo, 4 de enero de 2009

Yo no soy niño rico


Cuentos de campeonatos
Parte I

En enero del año 2005 yo estaba pelando bolas, pero en serio. Tenía dos años de graduado y no conseguía empleo, pero los Tigres estaban ganando. Al finalizar un juego Tigres Pastora de ese Round Robin (que Aragua ganó) hablé con un comentarista y un narrador de los Tigres de Aragua, a quien llamaremos “La Ley” y “El César”. En esa época, los chicos del AFTA (Asociación de Fanáticos de los Tigres de Aragua) teníamos la fama de “Nasty Boys”, ya que mentábamos madre en coro a los peloteros contrarios, íbamos a todos los juegos fuera de Maracay a “acabar el trapo” con las peas –aunque nadie acabó el trapo en esa Asociación como Hendrix- y estábamos obesos a punta de cebada.
El “César” aprovechó una conversación personal conmigo para “exponer” sus puntos de vista sobre nuestro grupito. Dijo “Porque ustedes son unos niños ricos…” “Yo de niño no podía ir a los juegos porque no tenía dinero…” “Porque la gente como tú, que ha gozado de un poder adquisitivo desde pequeño…”.
Esa exposición de resentimiento, palabra que según nuestro presidente significa “sentir mucho”, hubiera estado justificada si el “César” supiera que yo vivo en Las Delicias y que estudié en un colegio de curas. Pero él no conocía –y dudo que conozca- esa parte de mí.
Yo le respondí “Tú sabes como es la vaina, que yo tengo 2 años de graduado y no he podido conseguir trabajo. Hace dos años estaba trabajando en el Diario Tal Cual y fui una víctima del paro, y precisamente mañana parto para Puerto Ordaz a trabajar en un periódico porque en Maracay y Caracas se me cerraron todas las puertas. Y si me has visto en todos los juegos es porque entro gratis al estadio por un pase de prensa y veo el juego sentado en el piso”.
También comenté al no menos simpático comentarista llamado “La Ley” que la primera temporada que viví fue la de 1987-88, cuando los Tigres perdieron la final frente a los Leones del Caracas, y que yo había esperado 17 años para ver a los Tigres vengarse.
Luego del juego salí con un amigo, a quien llamaremos “Ercólicus”. El pana es un alcohólico declarado, pero le tengo mucho aprecio, porque los borrachos siempre dicen la verdad. Dimos unas vueltas en su carro, le hablé de mi desesperación por la situación y terminé llorando cual maricón, porque no me quería ir de mi ciudad, y menos en ese momento que había esperado tanto.
Al día siguiente un amigo que trabajaba en Puerto Ordaz me llamó para pedirme que no viajara, porque el trabajo que había conseguido para mi se lo habían dado al hijo de un amigo del dueño del periódico.
Ese año pude vivir varios récords de Aragua. Las 7 victorias seguidas en un Round Robin, las 32 empujadas y 9 jonrones en semifinal de Miguel Cabrera, el jonrón con las bases llenas de Miguel ante el Kid Rodríguez en el Estadio Universitario el 18-1-2005 y ganar una final a los Leones del Caracas.

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