Por favor, vacílense este video.
Sin desperdicio alguno.
viernes, 20 de noviembre de 2009
sábado, 7 de noviembre de 2009
Abrazos apropiados
En estas dos semanas viví en el estadio dos situaciones, dignas de un breve diálogo de alguna película de Tarantino, de esos previos a las matazones ¿Recuerdan la escena de John Travolta con Uma Thurman, cuando hablaron de los “silencios incómodos”? Pues a eso me refiero.
Hace dos semanas me enteré de una triste noticia, una de mis mejores amigas del estadio tuvo una “pérdida”, a solo un mes de haber quedado embarazada. Ella me informó durante una breve discusión –bastante amigable- sobre la Asociación de Fanáticos.
En la tarde nos invitaron a un programa de TV, de un “barbero que cocina”, otro elemento tipo Tarantino. Ella accedió a ir para que se le quitara un poquito la depresión. Cuando la fui a buscar estaba con su primo –el cual hizo que en una oportunidad me pusiera una gorra del Magallanes, pero ese será otro post-. Ella, al bajar del carro, me dio un sentido abrazo, al cual le respondí con uno de medio lado. A rato me sentí culpable, más aun cuando vi a su ex suegra llorar con ella un rato por el niño que nunca nació.
Hoy en cambio me encontré a una chica muy linda, sí, esa catirita que sale conmigo en las entrevista de Youtube. Tenía tiempo que jode sin verla. Ella me abrazó con mucho cariño, al cual respondí con igual intensidad –claro, con ella son más fáciles esas expresiones de afecto-.
Ella trabajó con nosotros en la temporada 2007-08, la que le ganamos a Cardenales. Al año siguiente no le renové el “contrato” –recuerdo que todos los de la Asociación trabajamos por amor al arte- por un chisme que se formó por su amistad con un lanzador importado de los Tigres. Semanas después, ella consiguió trabajo con un programa de béisbol que sale por la televisión regional y nacional, tal vez por ello no me siento mal por haberla sacado de nuestro equipo de trabajo por un chisme con “algunos” fundamentos.
Ella son dos amigas –sí, solo amigas- y les quiero como tal. Pero me hicieron pensar ¿Cuántas veces nos hemos expresado correctamente con nuestro cuerpo o nuestros brazos hacia las personas que realmente queremos? ¿Cuántas veces nos callamos esa expresión de amor hacia la persona que amamos o que realmente nos ama? ¿Cuántas veces nos han dejado por no hacer lo debido? ¿Deberíamos expresar todo el tiempo nuestros profundos sentimientos ante las personas, para evitar no responder apropiadamente cuando ellos (as) pasen por un momento “difícil”?
En mi opinión, si expresamos nuestros sentimientos todo el tiempo nos convertiremos en viles maricas, o en su defecto, pudiéramos culminar como Kurt Cobain. Y lo dice un solitario inmoral.
Hace dos semanas me enteré de una triste noticia, una de mis mejores amigas del estadio tuvo una “pérdida”, a solo un mes de haber quedado embarazada. Ella me informó durante una breve discusión –bastante amigable- sobre la Asociación de Fanáticos.
En la tarde nos invitaron a un programa de TV, de un “barbero que cocina”, otro elemento tipo Tarantino. Ella accedió a ir para que se le quitara un poquito la depresión. Cuando la fui a buscar estaba con su primo –el cual hizo que en una oportunidad me pusiera una gorra del Magallanes, pero ese será otro post-. Ella, al bajar del carro, me dio un sentido abrazo, al cual le respondí con uno de medio lado. A rato me sentí culpable, más aun cuando vi a su ex suegra llorar con ella un rato por el niño que nunca nació.
Hoy en cambio me encontré a una chica muy linda, sí, esa catirita que sale conmigo en las entrevista de Youtube. Tenía tiempo que jode sin verla. Ella me abrazó con mucho cariño, al cual respondí con igual intensidad –claro, con ella son más fáciles esas expresiones de afecto-.
Ella trabajó con nosotros en la temporada 2007-08, la que le ganamos a Cardenales. Al año siguiente no le renové el “contrato” –recuerdo que todos los de la Asociación trabajamos por amor al arte- por un chisme que se formó por su amistad con un lanzador importado de los Tigres. Semanas después, ella consiguió trabajo con un programa de béisbol que sale por la televisión regional y nacional, tal vez por ello no me siento mal por haberla sacado de nuestro equipo de trabajo por un chisme con “algunos” fundamentos.
Ella son dos amigas –sí, solo amigas- y les quiero como tal. Pero me hicieron pensar ¿Cuántas veces nos hemos expresado correctamente con nuestro cuerpo o nuestros brazos hacia las personas que realmente queremos? ¿Cuántas veces nos callamos esa expresión de amor hacia la persona que amamos o que realmente nos ama? ¿Cuántas veces nos han dejado por no hacer lo debido? ¿Deberíamos expresar todo el tiempo nuestros profundos sentimientos ante las personas, para evitar no responder apropiadamente cuando ellos (as) pasen por un momento “difícil”?
En mi opinión, si expresamos nuestros sentimientos todo el tiempo nos convertiremos en viles maricas, o en su defecto, pudiéramos culminar como Kurt Cobain. Y lo dice un solitario inmoral.
jueves, 5 de noviembre de 2009
Post desde Guarolandia
Nunca imaginé que la cuarta –o quinta- ciudad más poblada de Venezuela pudiera sentirla tan aburrida. De no haber sido por mi colega Guaro, que me llevó a beber en un sitio llamado Santa Rosa –algo así como El Hatillo larense, me hubiera muerto del aburrimiento.
Lo que más me molesta, o me ha empezado a molestar, de la soledad, es darle vueltas a la cabeza. Todos los días descubro en Facebook como los demás envejecen, o para verlo desde otra óptica, inician nuevas etapas, mientras yo me sigo sintiendo joven, niño, tal vez inmaduro.
Si quiero verme mayor, me dejo crecer el cabello, si me lo corto –ya que no tengo entradas ni canas- me dicen “chamo”. No pienso en matrimonio, menos en hijos, siento mi piel exactamente igual a hace 15 años, tal vez porque el tiempo pasa y no le paro bolas a esos detalles.
La soledad solo sirve para dar espacio en tu espíritu a las presiones sociales. Sí, tal vez mis metas inmediatas no lucen tan fáciles, tales como emprender un negocio propio, vivir una relación romántica y dar vida a un “Junior”, pero por otra parte pienso que esas cosas solo me traerían más preocupaciones, y serían el espejo perfecto para el Dorian Gray que vive en mi.
Recuerdo que a los 8 años me salían canas por “preocupaciones” de la edad. Pensar hace daño. Quema neuronas y produce canas.
Lo que más me molesta, o me ha empezado a molestar, de la soledad, es darle vueltas a la cabeza. Todos los días descubro en Facebook como los demás envejecen, o para verlo desde otra óptica, inician nuevas etapas, mientras yo me sigo sintiendo joven, niño, tal vez inmaduro.
Si quiero verme mayor, me dejo crecer el cabello, si me lo corto –ya que no tengo entradas ni canas- me dicen “chamo”. No pienso en matrimonio, menos en hijos, siento mi piel exactamente igual a hace 15 años, tal vez porque el tiempo pasa y no le paro bolas a esos detalles.
La soledad solo sirve para dar espacio en tu espíritu a las presiones sociales. Sí, tal vez mis metas inmediatas no lucen tan fáciles, tales como emprender un negocio propio, vivir una relación romántica y dar vida a un “Junior”, pero por otra parte pienso que esas cosas solo me traerían más preocupaciones, y serían el espejo perfecto para el Dorian Gray que vive en mi.
Recuerdo que a los 8 años me salían canas por “preocupaciones” de la edad. Pensar hace daño. Quema neuronas y produce canas.
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