miércoles, 1 de julio de 2009
Honduras: El golpe del Estado
Desde el domingo, cuando el tema de Zelaya dejó de ser un caliche frente a la muerte de Michael Jackson, mis amigos me preguntan qué opino del este caso. Yo le he respondido “Yo no me meto en Honduras”.
Pero lo ocurrido en la nación centroamericana es muy bueno para el debate, sobre todo porque tiene muchos ángulos y aristas para discutir.
Fue un golpe: Sacaron a punta de pistola a un Presidente en ejercicio de su residencia y del país. Ahí no hay discusión.
La OEA y la ONU actuaron con seriedad: Condenaron esta acción, a pesar que “los dolientes” de Zelaya critican a estas organizaciones porque “responden al imperio”.ahí actuaron con coherencia.
No es un gobierno ilegítimo: Porque allí un militar no se montó en la Presidencia, sino un civil que fue nombrado por un poder público –el legislativo-, no como ocurrió en abril de 2002 en Venezuela, cuando el presidente de una agrupación empresarial se autoproclamó virrey. Es una situación común en muchos países de Latinoamérica. El último caso fue en Ecuador cuando fue derrocado Lucio Gutiérrez.
La OEA se contradice: Hace un mes aprobaron el regreso de Cuba a la organización, pero piden la salida de Honduras porque no es un país democrático ¿Y entonces?
Tarde o temprano tendrán que reconocer a Micheletti: Los organismos internacionales no pueden desconocer a un gobierno nombrado por dos poderes públicos electos por el pueblo. Tanta legitimidad tiene Zelaya como el Congreso y el Tribunal de Honduras. Precedente: la destitución de Carlos Andrés Pérez de la presidencia de Venezuela en 1993 por una orden de la antigua Corte Suprema de Justicia.
Culminarán los cheques en blanco: A pesar de su nombre, la Organización de Estados Americanos no puede convertirse en un club para que presidentes “mochos” se “rasquen las espaldas”. La destitución del Presidente Zelaya fue realizada por medios institucionales, a pesar que su salida fue por la fuerza. Por otra parte, la prohibición de la realización del referendo en cuestión forma un precedente para que los Presidentes de nuestro continente no violen las leyes establecidas invocando al “Poder constituyente”, fórmula que no aplica cuando ellos están en el poder. El mayor ejemplo de esto es precisamente el venezolano. Si un Presidente viola las leyes, debe ser castigado.
Proseguirá la lucha: Lo más probable que ocurra en el caso de Honduras es que se reestablezcan las relaciones diplomáticas en 7 meses, cuando se elija a un nuevo Presidente. Nadie –y mucho menos Chávez- va a invadir militarmente a Honduras para reestablecer a un Presidente sin ningún tipo de apoyo institucional. Sin embargo, la izquierda latinoamericana necesita que lo ocurrido en este país centroamericano no se convierta en un precedente “legal”, porque pudiera significar el inicio del fin para gobiernos radicales como Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, ya que por medio de instituciones como los Congresos o Asambleas Nacionales, elecciones que pudieran desfavorecerlos, pudieran ser destituidos por sus abusos de poder. Fíjense cómo el lenguaje soez de Cristina Fernández de Kirchner cambiará sustantivamente en los próximos meses para negociar con un poder legislativo en contra. De eso trata la democracia.
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1 comentario:
Excelente punto de vista. súper acertado.
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