Por motivos laborales, me tocó viajar a la población de “Lagunaetica”. Se ubica en la frontera montañosa entre Aragua y Miranda, se puede llegar tanto por Los Teques como por La Colonia Tovar. Mi misión era hacer un reportaje sobre una fundación que se ocupa de la continuidad escolar de los niños agricultores de la zona, quienes en su mayoría no culminan ni siquiera el bachillerato.
La fundación nació hace 8 años, cuando una chica, descendiente de alemanes, murió trágicamente días después de obtener su licenciatura en una universidad capitalina. En vida, me contó su tía y presidenta de la fundación que lleva su nombre, su mayor preocupación era que los niños culminaran sus estudios.
Esa fría tarde disfruté de un nacimiento viviente y de un grupo de titiriteros profesionales pagados por la empresa, así como sus útiles escolares y juguetes navideños ¿Cómo llegó la empresa a esos niños? Uno de mis compañeros de Caracas fue novio de la chica del epónimo de la fundación. 8 años después de su muerte, sigue acompañando sus sueños.
Toda una historia que demuestra que más allá de la distancia, hay sentimientos que persisten con el tiempo.
Si algo me apasiona de mi profesión es la oportunidad de conocer a tanta gente.
“Escribe las injurias en la arena, graba los beneficios en mármol”.
C. Boiste
Feliz navidad a todos.
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