Les pido a quienes religiosamente leen mi blog. La verdad he tenido mucho trabajo porque mi jefe está de vacaciones, además de un aumento considerable en la vida de amigos.
Quisiera hablar del fracaso propagandístico del gobierno con las olimpiadas y al mismo tiempo de la actitud miserable de los medios de comunicación privados de mi país. Quisiera también hablar de la próxima temporada de béisbol. Lamentablemente no he tenido mucho tiempo porque además de todo lo expuesto la conexión a internet desde mi casa se ha vuelto mierda.
Trataré al menos de colocar videos de youtube cómicos.
domingo, 31 de agosto de 2008
martes, 19 de agosto de 2008
domingo, 17 de agosto de 2008
Jonrón
Yo nunca fui el más fuerte o el más grande del salón. Mucho menos en los equipos que jugué.
Lo más cercano a esa sensación de “poder” la sentí cuando estaba en sexto grado. Yo jugaba pelotica de goma con mis compañeros de clase. El secreto era la técnica para pegarle a la pelota, incluso los golpes que le daba a las pelotas de tenis –sí, estudié en un colegio de curas y jugábamos con pelotas del deporte blanco- eran superiores a los de Ruiz, un negro de dos metros que estudió conmigo.
Hoy pude dar un jonrón con un bate y una pelota suave. Hace más de un mes comenzamos en la empresa un equipo de softbol. El primer juego lo perdimos 5 a 1, yo me fui de 4-2 con una empujada. El segundo partido me fui de 2-0 con dos ponches, y nuestro equipo perdió 22 a 2, lo que nos desmotivó mucho y dejamos de jugar por tres semanas.
Lo más patético de la situación es que quien me ponchó es un viejo de 42 años y de lanzamientos mañosos. Nunca pude hacer los ajustes necesarios y pasé vergüenza, junto a otros 6 bateadores de mi equipo que no pudieron conectarle. Juro que a mi primer hijo le llamaré “Cristóbal”, en honor al viejo que me ponchó. Seguramente Miguel Cabrera se sintió igual cuando lo ponchó Pedro Luis Lazo, lanzador cubano, en el Clásico Mundial de Béisbol.
Pero durante esas tres semanas practiqué bateo en las máquinas de San Jacinto. Te lanzan 20 pelotas por 4 mil “bolos” (BsF. 4). Esta mañana fui a la máquina de bateo y sólo pelé un lanzamiento. A los otros 19 le di en la madre.
Este tipo de cosas me hacen sentir más hombre. Suena mariquísimo, pero es así.
Lo más cercano a esa sensación de “poder” la sentí cuando estaba en sexto grado. Yo jugaba pelotica de goma con mis compañeros de clase. El secreto era la técnica para pegarle a la pelota, incluso los golpes que le daba a las pelotas de tenis –sí, estudié en un colegio de curas y jugábamos con pelotas del deporte blanco- eran superiores a los de Ruiz, un negro de dos metros que estudió conmigo.
Hoy pude dar un jonrón con un bate y una pelota suave. Hace más de un mes comenzamos en la empresa un equipo de softbol. El primer juego lo perdimos 5 a 1, yo me fui de 4-2 con una empujada. El segundo partido me fui de 2-0 con dos ponches, y nuestro equipo perdió 22 a 2, lo que nos desmotivó mucho y dejamos de jugar por tres semanas.
Lo más patético de la situación es que quien me ponchó es un viejo de 42 años y de lanzamientos mañosos. Nunca pude hacer los ajustes necesarios y pasé vergüenza, junto a otros 6 bateadores de mi equipo que no pudieron conectarle. Juro que a mi primer hijo le llamaré “Cristóbal”, en honor al viejo que me ponchó. Seguramente Miguel Cabrera se sintió igual cuando lo ponchó Pedro Luis Lazo, lanzador cubano, en el Clásico Mundial de Béisbol.
Pero durante esas tres semanas practiqué bateo en las máquinas de San Jacinto. Te lanzan 20 pelotas por 4 mil “bolos” (BsF. 4). Esta mañana fui a la máquina de bateo y sólo pelé un lanzamiento. A los otros 19 le di en la madre.
Este tipo de cosas me hacen sentir más hombre. Suena mariquísimo, pero es así.
viernes, 15 de agosto de 2008
100 mil visitas
Como parte de mis actividades extras al trabajo, me encargo de la página www.tigrerosoficiales.com. Desde el año pasado, empezamos a colocar entrevistas a peloteros en video, gracias a la plataforma de Youtube. Según las estadísticas de la página, los videos han sido vistos en más de 95 mil oportunidades. Anexo el más popular de ellos, la entrevista a Geremi González (39 mil 8 visitas), en la cual no aparezco, pero bueno, todo sea por el morbo. Fíjense en lo sádico de Geremi y los pelones de Luisa.
miércoles, 6 de agosto de 2008
Biografía de Malyanito
“Malyanito” es el nombre del Tigre que me acompaña en mi carro a todos lados. Llegó a mi vida-es decir, lo compré en la boutique de los Tigres de Aragua- un 14 de octubre de 2007, por tanto es de signo Libra y no tiene problemas para conseguir pareja.
Su nombre hace honor a la persona con quien le compré. De hecho tiene un hermano gemelo que se llama “Jorgito” y vive en México. Siempre quise tener uno de esos Tigres desde que empezaron a venderlos a principios de esta década. Él hace honor a la mascota del equipo “El Tigre” cuando era flaco.
Desde el día de su nacimiento, “Malyanito” ha sido testigo de cualquier tipo de situaciones, que rayan desde lo pornográfico, ilegal, ocioso… él es todo un Rock Star, como debe ser siempre la vida. Si ese Tigre hablara, mi reputación –y la de mi amiga Tina- se vería seriamente afectada.
Ese peluche es objeto de cualquier cantidad de comentarios. Todas las mujeres le quieren y los hombres de admiran. Mi sobrinita Cristinita le bautizó “Mini Tío”, porque dice que se parece a mí y viste como usualmente lo hago yo. Ella no acotó que el muñequito es “cejón” y “pelúo”. Como dato curioso tiene los ojos verdes, imagino que por herencia materna.
Su nombre hace honor a la persona con quien le compré. De hecho tiene un hermano gemelo que se llama “Jorgito” y vive en México. Siempre quise tener uno de esos Tigres desde que empezaron a venderlos a principios de esta década. Él hace honor a la mascota del equipo “El Tigre” cuando era flaco.
Desde el día de su nacimiento, “Malyanito” ha sido testigo de cualquier tipo de situaciones, que rayan desde lo pornográfico, ilegal, ocioso… él es todo un Rock Star, como debe ser siempre la vida. Si ese Tigre hablara, mi reputación –y la de mi amiga Tina- se vería seriamente afectada.
Ese peluche es objeto de cualquier cantidad de comentarios. Todas las mujeres le quieren y los hombres de admiran. Mi sobrinita Cristinita le bautizó “Mini Tío”, porque dice que se parece a mí y viste como usualmente lo hago yo. Ella no acotó que el muñequito es “cejón” y “pelúo”. Como dato curioso tiene los ojos verdes, imagino que por herencia materna.
viernes, 1 de agosto de 2008
Otra reflexión sobre el caso Sojo
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