jueves, 30 de agosto de 2007

2007 el año de Chávez con Ingrid Betancourt como comodín


Cuando escuché el discurso del actual presidente cuando ganó en diciembre de 1998 las elecciones presidenciales, reconocí su madurez política y su capacidad para ser “diplomático”. Al escuchar su discurso luego de su victoria en diciembre de 2006, entendí que las reformas que pretendería implantar en los próximos años son duras, y por tanto le sería muy difícil aplicarlas. Más aun, ante el inteligente discurso de reconocimiento de la derrota por parte de Rosales, que dejó a la oposición del país muy bien parada.
Lo cierto es que luego de 7 años de gobierno la situación ha cambiado. Chávez pretende imponer algunas reformas sociales, que lamentablemente pasan desapercibidas por la politiquería y las ya claras tendencias autoritarias del gobierno. Eso solo ha llevado al Presidente a una retahíla de errores que le llevaría, por el camino que va, a un inesperado e inocultable fracaso electoral que hoy encuestas chavistas y opositoras reflejan.
Sin embargo Chávez ha sabido manejar bien la política nacional. Ganó las elecciones del 98 cuando un año antes ni aparecía en las encuestas, cambió la constitución, renovó sus fuerzas en el congreso, puso a su compadre como candidato de la oposición, sobrevivió a un golpe de estado, a la paralización petrolera, ganó un referendo en el cual los “exit pool” no coincidieron con el sistema de “Conteo Rápido” y trituró a la oposición, dejándola sin representación en el esquema de gobierno ¿Será que está tan sobrado que por ello no le importa meter la pata tan seguido?
La lista de errores es extensa. Comenzó su mandato con un discurso radical y ofensivo, luego cerró (perdón, no renovó la concesión) a RCTV, culminó 9 estadios mundialistas para que la gente gritara en su contra en todos los juegos de la Copa América, defiende a los ejecutivos de Pdvsa horas antes que se descubriera que efectivamente estaban hasta el cuello en el zaperoco del maletín e incluso se ve obligado por el Presidente argentino a botar a un gerente de la petrolera, dejando en claro que si no es por la presión internacional aquí no se habría investigado nada, ni siquiera por ser un evidente ilícito cambiario (caso del maletín).
Tal descalabro le ha obligado a meterse en el problema político colombiano y utilizar a la político Ingrid Betancourt, secuestrada desde hace 6 años, como un “Wild Card” o “Comodín” que le ayude a remontar la cuesta al menos internacionalmente. Si la liberan, Chávez habrá obtenido una victoria importante ante la opinión pública internacional, y en el caso de no lograrlo, habrá demostrado que es un hombre de buena voluntad.
En los últimos días he tenido la oportunidad de compartir con el pueblo chavista, o por qué no decirlo, con las personas que no tienen nada en este país. Todos estaban felices porque les regalaron un celular que en la calle vale Bs. 30 mil. Además les vi motivadísimos por sus labores en los Consejos Comunales y las mejoras que pueden dar a sus comunidades. A ellos no les importa que se roben 800 mil dólares impunemente o que el Presidente quiera obtener más poder que el que tiene e incluso que se quede de por vida en Miraflores.
En algún momento la Oposición tendrá que decir algo acerca de la Reforma Constitucional. En mi opinión gana más quedándose callada en el aspecto político, porque sencillamente la Reforma no tiene nada que Chávez no pueda hacer por decreto excepto la reelección indefinida. Su discurso debe estar orientado a darle una esperanza a esa gente, o al menos a aquellos que viven en los sitios más humildes y no les agrada el color rojo. Les garantizo que a más de uno le gustará escuchar otras promesas, al igual que una mujer coqueta.

viernes, 24 de agosto de 2007

Homenaje al Flaco Mague


David Ismael Concepción Benítez nació el 17 de junio de 1948 en Ocumare de la Costa, estado Aragua. Como aragüeño tuve la oportunidad de escuchar muchos comentarios acerca de sus años mozos, más aun por haberme criado en la Urbanización La Barraca, cercana al Barrio Belén, donde David vivió sus primeros años en Maracay, lugar al cual se mudó de joven, ya que su hermana Nelly quería estudiar en la ciudad.
David era conocido como “El Flaco Mague”. Muchos apodos le dijeron en su juventud, pero sin duda ese fue el más famoso. Al punto que decidió colocar ese nombre a su empresa de transporte.
Cualquier persona tiene una anécdota de Concepción. Quien fuera mi profesor de Geografía, Julio Palma, en una oportunidad me comentó que David en sus inicios era malo jugando pelota, al punto que en algunas oportunidades no lo seleccionaban para jugar, y él en venganza se llevaba la pelota. Otra más fantástica me la contó mi tío Héctor Seijas, quien jugó con él en alguna oportunidad. Él sí destacaba sus habilidades con el guante y con el bate. “Una vez lo vi nadar desde Cata hasta Catica”. Dios sabe cuánto fue verdad o mentira.
David no fue el novato estrella de los Tigres. En su lugar la gente comentaba sobre Virgilio Mata, quien poco tiempo después fue un desconocido para la afición aragüeña. Sin embargo, Wilfredo Calviño, scout cubano y responsable de su firma, se expresó de él con las siguientes palabras.
“Tenía muy buenas manos y brazo. Se veía agresivo, corría bien y hacía contacto con la bola. Para mí no fue una sorpresa en lo absoluto lo que él hizo en Grandes Ligas. Lo vi jugando en Clase A y ya era superior a los demás”.
Trabajó como Office Boy, tenía que doblarse cuando le tocaba irse a pie en los autobuses y siempre fue mejor como basquetbolista, toda una curiosidad en alguien quien fue jugador Más Valioso en un Juego de estrellas, ganó 5 Guantes de Oro, fue Campeón Mundial, una importante pieza en la Big Red Machine de Cincinnati en los años 70 y por sobre todas las cosas acabó a punta de calidad con la pava del número 13 en los Estados Unidos, un país que en esa década aun sufría algunos signos de racismo.
Todas las personas tienen un mal momento. En la temporada 1967-68, Los Tigres de Aragua clasificaron a su primera semifinal, última etapa del campeonato local según las reglas vigentes. A los Tigres solo les bastaba ganar el último juego a los Industriales de Valencia en Maracay para obtener su primer título, mientras los Leones esperaban una derrota para ir a un juego extra que posteriormente les dio ese campeonato. En el cierre del noveno Aragua ganaba 1 a 0, cuando el lanzador Dick Whitby botó la bola ante dos toques. Una de esas pelotas fue recogida por el sustituto David Concepción, quien en un intento desesperado por lanzar a tercera la metió en las gradas y dio al Valencia Industriales una victoria en su último juego de pelota rentada, antes de convertirse en “Llaneros de Portuguesa”.
Sin embargo, David no se amilanó. Dio tres títulos a los Tigres, Coronó a Cincinnati y se convirtió en el mejor atleta que hasta ahora ha parido la tierra aragüeña. Es un ejemplo a seguir, un hombre que salió de abajo y hoy en día es una persona próspera.
David también fue chequeado por un Scout muy particular. Mi prima Dilia Montenegro era pretendida por el Flaco Mague. Mi abuela, cuya senilidad no le permitiría volver a contar la anécdota, le preguntó en una oportunidad a Dilia si iba a hacerle caso a las pretensiones del personaje. Ella contestó “A mí no me importa quién es, sino quien será”. Tal sentencia decretaron décadas de feliz matrimonio y el nacimiento de mis primos David Alejandro, David Eduardo y Daneska.
En el plano personal, es difícil tener a tu ídolo todos los días de elecciones en tu casa hablando de política y regalándote una siembra de topochos. La última vez que hablé con él fue en Valencia, cuando trabajaba en El Carabobeño. Esperé mi turno para entrevistarle y cuando le dije de quién era nieto me abrazó con la ternura de un hombre que se acerca a la tercera edad. Me preguntó si ya me había casado y si vivía en Valencia, y luego le dijo a tres periodistas que yo era su sobrino. Este año será su última oportunidad de ingresar en el Salón de la fama, y seguramente no lo logrará. Ojalá Dios le de vida para ver brillar su placa en Cooperstown por medio del Comité de Veteranos.